42
MOVILIDAD DEL CUIDADO ALREDEDOR DE UN CENTRO DE DESARROLLO INFANTIL MUNICIPAL EN CUENCA, ECUADOR
ANA CRISTINA ULLAURI-UGALDE, ANA SOFIA IDROVO-SOLIZ, CARLA HERMIDA-PALACIOS
REVISTA URBANO Nº 49 / MAYO 2024 - OCTUBRE 2024
PÁG. 40 - 51
ISSN 0717 - 3997 / 0718 - 3607
I. INTRODUCCIÓN
Las Naciones Unidas en los Objetivos de Desarrollo
Sostenible (ODS) establecen la necesidad de garantizar
una movilidad más equitativa y accesible para todas las
personas, reconociendo las desigualdades, entre ellas, las
producidas por el género. No obstante, existe evidencia
que demuestra, por un lado, que mujeres y hombres
tienen patrones de movilidad diferentes (Gutiérrez y Reyes,
2017) y, por otro lado, la movilidad de las mujeres está
condicionada por factores, sobre todo de seguridad, que
las obliga a utilizar estrategias particulares para desplazarse,
como el acompañamiento de un familiar, el invertir mayores
recursos para utilizar sistemas de transporte más seguros
(García, 2022), o recorrer mayores distancias para evitar
lugares considerados peligrosos (Figueroa y Waintrub,
2015). Es por ello, que resulta de vital importancia el estudio
de la relación entre género y movilidad que permita contar
con evidencia que apoye la política pública al respecto a la
planicación y diseño urbano de las zonas escolares.
Según González-Alvo y Czytajlo (2022), la incorporación
de estudios de movilidad con perspectiva de género en
Latinoamérica nació por las desigualdades que caracterizan
la estructura social de las ciudades. Estas muestran las
diferencias en los patrones de movilidad entre hombres
y mujeres, que derivan principalmente de sus roles de
género, impuestos por la sociedad. Los hombres han sido
los encargados de los trabajos remunerados para mantener
el hogar, es decir el trabajo productivo, y las mujeres por
su parte se han dedicado al cuidado del hogar y al trabajo
reproductivo (Montoya-Robledo et al., 2020; González-Alvo
y Czytajlo, 2022).
Montoya-Robledo et al. (2020) demuestran que las
mujeres realizan el 75% de las tareas domésticas o del
cuidado. En el caso ecuatoriano la sociedad todavía
depende de las mujeres como las principales encargadas
de la familia, mientras las mujeres realizan 40 horas de
trabajos no remunerados, los hombres aportan con 10
horas aproximadamente (Heather et al., 2019). Los autores
señalan que, según datos del año 2014, son las mujeres de
Latinoamérica las que trabajan más que los hombres, y en
el caso del Ecuador especícamente, existe una relación de
61 horas de trabajo total, remunerados y no remunerados,
para las mujeres, versus 54 horas para los hombres
aproximadamente.
Las actividades del cuidado implican, además, condiciones
particulares en los desplazamientos cotidianos de quienes
las realizan, que son mayoritariamente mujeres. Los estudios
sobre la movilidad del cuidado en América Latina revelan
datos interesantes que ratican lo señalado anteriormente.
Chaves et al. (2017), en Buenos Aires, detectaron que las
mujeres con hijos pequeños afrontan desafíos de movilidad
desde el “encierro en movimiento”, porque no pueden salir
de sus casas, hasta el “trabajo en movimiento”, organizando
rutinas para todas sus responsabilidades. El fenómeno es
además interseccional, es decir, quienes menos recursos
tienen, peores condiciones enfrentan. Gutiérrez y Reyes
(2017) arman que, en barrios pobres de Buenos Aires, las
mujeres llevan la carga del cuidado y carecen de tiempo
para otras actividades. Hallazgos similares se observaron en
barrios vulnerables de Santiago de Chile, donde las mujeres
se sienten atrapadas entre las responsabilidades del hogar,
el trabajo y la crianza de los hijos (Jirón, 2007).
Los viajes para dejar y recoger a los niños de las
instituciones educativas constituyen un fenómeno
fundamental al momento de estudiar la movilidad del
cuidado. En este contexto, este artículo tiene como objetivo
identicar los factores que inciden en las condiciones de
movilidad del cuidado en los alrededores de un Centro de
Desarrollo Infantil Municipal ubicado dentro del Mercado
27 Febrero, en Cuenca-Ecuador.
El estudio, se estructura en cinco partes: primero, se comenta
sobre el concepto de movilidad en general y del cuidado
en particular. Segundo, se detalla el caso de estudio y la
metodología utilizada para levantar la información. Tercero,
se exponen los resultados obtenidos en la aplicación de
cuatro instrumentos: encuestas caso-tipo, herramienta de
código abierto para la evaluación en microescala de entornos
eMAPS, observación directa no participante y entrevistas
semiestructuradas. Cuarto, se triangulan los datos obtenidos
para establecer los principales hallazgos. Por último, se
exponen las conclusiones y recomendaciones.
II. MARCO TEÓRICO
Movilidad, género y cuidado
El concepto de movilidad incluye las características
de la oferta (modo de transporte, infraestructura) y las
de la demanda (edad, género, distancia, posibilidades
económicas, condiciones físicas) (Miralles Guasch, 2002).
El término movilidad reemplazó el término transporte,
debido que considera las necesidades de la población
para trasladarse de un lugar a otro, y no únicamente la
capacidad de los medios de transporte (Herce, 2009). Es
por ello que se puede armar que existe una desigualdad
en la movilidad entre los diferentes grupos poblacionales,
ya que algunos tienen más facilidades de acceder a ciertos
modos de transporte que les permiten llegar a sus destinos
en mejores condiciones y en menor tiempo. Por lo tanto,
tienen más oportunidades frente a grupos más vulnerables
tales como niños, adultos mayores, personas discapacitadas,
mujeres, personas de escasos recursos, entre otros (Miralles
Guasch, 2002).