Introducción
Desde la perspectiva de la nueva historia intentamos caracterizar mejor los problemas de historia política de la provincia de Concepción en su relación con el país. La capital provincial tenía en la época de estudio una importante impronta universitaria, comercial y manufacturera, conectada a un entorno agropecuario, industrial, minero y pesquero (Mazzei, 2015 p. 191 – 252; Campos, 1985 p.23 – 27; 38 - 40). En este caso, entenderemos por historia regional el esfuerzo historiográfico explicativo de los fenómenos políticos acontecidos en el espacio indicado en conexión con la dinámica nacional, según la conceptualización de Manuel Miño, Sandra Fernández y Armando Cartes (Miño, 2015 p. 869, 872 – 873; Fernández, 2008 p. 6 -7; y Cartes, 2014 p. 37). La historia regional supone también una relación con la esfera mundial (Cavieres, 2008 p. 23 – 27).
Desde un ángulo metodológico, compilamos información acerca de las circunstancias en las cuales acontecieron las elecciones presidenciales (1970), municipales (1971) y parlamentarias (1973). Para ello consultamos la prensa, el Registro Electoral de la época, además de utilizar entrevistas escritas u orales a protagonistas de los hechos examinados, buscando respuestas a preguntas referidas al cumplimiento de pactos y alianzas políticas; o respecto a las consecuencias de los resultados electorales en Concepción, consultando también su reducida historiografía política. No solamente interrogamos las fuentes oficiales de información pública, sino también abordamos las declaraciones y opiniones disidentes de militantes políticos que disintieron de las directivas provenientes de la UP o de los partidos de la oposición, importante punto de vista proveniente de la nueva historia política sugerido en los estudios de Cristina Moyano (Moyano, 2010 p. 44 - 45).
Observaremos el éxito de la Unidad Popular en áreas rurales, donde hasta 1970 los intereses de sectores sociales relacionados con la actividad agropecuaria y comercial tenían una importante presencia política. Concepción tenía fama de zona roja, por la existencia y desarrollo de un sector laboral relacionado con la actividad sindical y política de izquierda. El mundo laboral había crecido de la mano de los esfuerzos estatales por el desarrollo industrial desde 1939, lo cual se expresó en la actividad hidroeléctrica, siderúrgica, refinación de petróleo y petroquímica (Monsálvez, 2014 p. 65 – 68). Ello coexistió con las empresas privadas que, desde la segunda mitad del siglo XIX, habían dado vida a la industria molinera, textil, carbonífera y alimentaria. Todo esto había redundado en los inicios de la segunda mitad del siglo XX en una activa presencia de los partidos de izquierda. También la población de empleados y obreros había crecido en las urbes del país entre 1952 y 1970 (Piñera y Meller, 1978 p. 165-168). No obstante, el crecimiento de la representación política de la izquierda no anuló las fuerzas de la derecha ni del centro democristiano existente en Concepción.
Con todo, nos preguntamos por las diferencias entre las propuestas de gobierno y oposición en las elecciones parlamentarias de 1973 en Concepción, y si hubo matices locales que se apartaran notoriamente de los proyectos globales para el país. Hipotéticamente, estimamos que en la elección de Concepción predominaron los temas nacionales sobre los locales a la hora de publicitarse las candidaturas, registrándose también – particularmente en la campaña parlamentaria - incidentes políticos violentos, como evidencia del retroceso de la convivencia democrática chilena.
Elección presidencial 1970
Al terminar el mes de agosto y aproximarse el acto eleccionario del 4 de septiembre, los diferentes comandos electorales que respaldaban las postulaciones presidenciales de Radomiro Tomic Romero, Jorge Alessandri Rodriguez y, Salvador Allende Gossens, se aprestaban a realizar los últimos actos de una larga y expectante campaña electoral. En ella estaban censados unos 240.000 potenciales electores, la tercera en número de inscritos en el registro, constituía una de las zonas claves para que cualquiera de los candidatos en liza lograra una exigua mayoría relativa que le permitiera posicionarse de cara a una, más que probable, elección por el Congreso Pleno.
Los candidatos de la UP y del PDC gustaban de hacer grandes actos de masas, que concentraban a millares de personas; uno de esos actos fue el cierre de campaña de Tomic, celebrado el 29 de agosto. En ese día cuatro columnas saldrían de diferentes puntos de la ciudad (Plaza Don Bosco, Estación Tucapel, Lorenzo Arenas, Compañía de Cervecerías Unidas). Cada una de éstas (Amanecer Campesino, Revolución Chilena, Triunfo Popular y Chile Avanza) estaría encabezada por los diputados y senadores locales de la Democracia Cristiana: Tomás Pablo, Mario Mosquera, Mariano Ruiz-Esquide y Arturo Frei Bolívar. Las cuatro columnas se unieron en la confluencia de Plaza España con Barros Arana; desde allí se dirigieron a la esquina de Rengo con O’Higgins, a escasos metros de la Plaza de la Independencia, el mismo lugar donde no hacía mucho tiempo atrás se celebró un acto del allendismo. Tomic habló a los que hasta allí habían concurrido por unos breves 30 minutos. Tras referirse a que su postulación no era enemiga de ningún chileno, “(…) porque la unidad del pueblo es condición indispensable para darle un destino nuevo superior” al país, y prometer una mayor descentralización en todos sus aspectos, terminó asegurando que estaba convencido del triunfo de su postulación: “cuando llegué a Concepción, lo hice como candidato a la Presidencia, pero después de ver esta inmensa concentración me iré como Presidente de Chile” (C, 31-08-1970 p. 4). En el acto también se hicieron presentes Benjamín Prado, presidente nacional del PDC, Enrique Krauss, generalísimo de la campaña, los artistas Ramón Vinay y Pedro Messone; y, evidentemente, Alfonso Rodríguez, generalísimo de la campaña en la provincia. Se daba la circunstancia que el día precedente Gabriel Tomic, el hijo mayor del candidato, había participado en un acto de similares características en la vecina localidad de Penco.
Pese a los aires triunfalistas todo indicaba que algunos democristianos parecieran adivinar el fracaso al cual se abocaban; tal fue, al menos, el caso de José Carvallo, jefe de la campaña tomicista en Coelemu, quien, renunciando a su cargo, se incorporó a los trabajos de la candidatura de Salvador Allende (C, 27-08-1970 p. 5).
Tal y como ya se ha mencionado, la UP había celebrado su acto de cierre de campaña en la ciudad una semana antes que lo hiciera Tomic. El candidato socialista había llegado acompañado de diversos parlamentarios locales que respaldaban su candidatura, además del poeta Pablo Neruda, generalísimo de la campaña, quien se contó entre los oradores, dando lectura a un poema sobre la Unidad Popular y su programa.
Tras el poeta, y después que Duberildo Jaque Araneda, diputado radical por la provincia de Concepción y, a la sazón presidente provincial del comando allendista, se dirigiera a los allí concentrados; sería el propio Allende quien haría uso de la palabra, afirmando, no sin cierta ironía, que “este pueblo está enfermo y necesita un médico en la presidencia”. Tras referirse a la recuperación de las riquezas básicas del país, agregó con pasión que
“Chile no tiene otra alternativa que la Unidad Popular. Los viejos caminos del capitalismo, representados por Alessandri, ya los vivimos y lo ha sentido el pueblo. También vive el oportunismo injuriante y traicionero de la democracia cristiana… Nosotros somos la defensa de Chile, Tomic es el continuismo de la penetración extranjera que tuvo su expresión más profunda con Alessandri… no me temblará la voz para pedir la paralización del país… [si] pretenden arrebatar la victoria del pueblo”.
En el acto, frente a la Casa Consistorial, se hallaban presentes los senadores y diputados de la UP: Humberto Aguirre Doolan (PR) Jorge Antonio Montes Moraga (PC), José Tohá (PS) y Alberto Jerez (MAPU). También se hizo notar la presencia de un fuerte contingente de simpatizantes procedentes de las zonas mineras de Lota y Coronel (C, 24-08-1970 p. 4; ES, 24-08-1970 4, p. 19). Días después, los integrantes del MAPU (Alberto Jerez, Rodrigo Ambrosio, Carmen Gloria Aguayo, el sacerdote Darío Marcotti) y, del radicalismo (Luis Bossay y Carlos Morales), realizarían sus propios actos de cierre de campaña (C, 24-08-1970 p. 4). Veinte clérigos y religiosos liderados por Marcotti publicaron después en Valparaíso un manifiesto de adhesión a la candidatura de Allende (P, N° 15, 10-1970).
El comando alessandrista, por su parte, que venía evitando los grandes actos de masas, pues consideraban que los 74 años del expresidente podrían jugar en su contra, realizó su cierre de campaña el domingo día 30. En el acto, celebrado en la Plaza Los Troncos, en pleno corazón del populoso Barrio Norte, el único orador fue el regidor Enrique van Rysselberghe, quien leyó una carta enviada por Jorge Alessandri, en la que se comprometía a realizar determinadas obras si resultaba ser elegido, tales como la instalación de alcantarillado, el mejoramiento de la línea ferroviaria que unía las ciudades de Penco con Concepción, o la pavimentación de calles. El acto contó con la presencia de Edmundo Novoa, del Movimiento Alessandrista de Concepción, no permitiéndose la participación de los representantes de los partidos políticos (Partido Nacional y Democracia Radical) que respaldaban la postulación alessandrista; con ello se quería poner de manifiesto el carácter independiente de la misma (C, 31-08-1970, p. 5), aunque notoria fue la presencia de los parlamentarios del PN Francisco Bulnes y Rufo Ruiz-Esquide, tal y como se había anunciado días antes (C, 27-08-1970, p. 5).
Estos últimos días de campaña se vieron, en todo caso, empañados por un acto de violencia sin relevancia, pero que vaticinaba lo que se podría avecinar. El comando tomicista denunciaba a elementos descontrolados de la Unidad Popular por haber asaltado la Secretaría Hernán Mery, sita en Bulnes 968, los cuales habrían quebrado vidrios y esparcido los tarros de pintura que allí se encontraban destinados a rayar muros con consignas electorales; dañando parlantes y otros enseres utilizados durante la campaña (C, 01-09-1970, p. 5).
Es así como se llega a la jornada del 4 de septiembre. Pasada la medianoche se daban a conocer los resultados: Allende: 36,6%; Alessandri: 35,3%; Tomic: 28,1%. Allende se imponía en el norte del país; por el contrario, Alessandri lo hacía en las provincias del sur. Tomic solo lograba la victoria en Aisén y Valparaíso por un escaso margen de 50 y 1125 votos, respectivamente. Los resultados de Concepción tuvieron un peso casi definitivo en el resultado final; la diferencia de votos entre la candidatura alessandrista y el allendismo determinaron, el triunfo de este último.
Cuadro 1: Resultado de la elección presidencial en la Provincia de Concepción
Fuente: Servicio Electoral
El candidato de la izquierda lograba una aplastante victoria en relación a sus rivales, imponiéndose en todos y cada uno de los departamentos, alcanzando considerables márgenes en las localidades de Penco, Tomé, Coronel, Chiguayante, Talcahuano. La primera de la comunas vinculada a la industria de la loza, la segunda y cuarta a la textil, la tercera a la minería del carbón, y la última de las citadas como un activo puerto industrial y asiento de la armada. También podemos incluir la aplastante victoria lograda por Allende en Lota con el 73,49% de los votos obtenidos; no hay que olvidar que esta es una importante localidad carbonífera, donde se encontraba el famoso Chiflón del Diablo, inmortalizado por Baldomiro Lillo en su obra Subterra (1904). No debemos olvidar, tampoco, que en la provincia se consolidó un influyente movimiento obrero y de trabajadores vinculados a los sindicatos de las diferentes industrias locales: textiles de Tomé-Chiguayante, la Loza y Azúcar en Penco, o la siderurgia en Talcahuano.
Alessandri solo logró imponerse en las comunas de Florida y Ránquil, o en pequeñas localidades: Copiulemu, Santa Juana, Tomeco y Rere; poblaciones de eminente extracción agrícola y forestal. Por su parte Tomic solo lograba imponerse en Yumbel y Cabrero, siendo probable la influencia en ello de Hosaín Sabag Castillo, regidor y alcalde de esta última comuna desde 1963, y dirigente provincial del PDC.
Pero lo único que quedaba claro en ese momento es que ninguno de los candidatos había obtenido la mayoría absoluta como para ser elegido presidente, siendo necesario el pronunciamiento del Congreso Pleno. La idea de que el proceso electoral no había terminado comenzó a tomar fuerza en la derecha, siendo sus principales paladines los abogados Enrique Ortúzar y Pablo Rodríguez Grez. Pocos días más tarde este sector publicaba un comunicado de cuatro puntos redactado por el Comando Independiente Alessandrista bajo el titular: “Alessandrismo declara que el proceso electoral no ha terminado”, el cual terminaba proclamando
“Hacemos un llamado a las fuerzas democráticas, a sus representantes y a los hombres y a las mujeres libres de Chile, que son la inmensa mayoría, a unirse para defender dentro del orden y respeto a la ley el derecho que la Constitución Política les otorga para designar al Presidente de la nación” (C, 7-09-1970 p. 9; EM, 7-09-1970 p. 17; LT, 7-09-1970 p. 5; EDI, 7-09-1970 p. 1)
Por aquel entonces se organizó el llamado Movimiento Cívico Patria y Libertad cuya principal misión consistía en crear conciencia de que la gran mayoría del país exigía una definición popular que forzase al Congreso Pleno a entregar al pueblo la capacidad de ser “el árbitro supremo de esa contienda cívica” (C, 11-09-1970, p. 5; EM, 11-09-1970 p. 19). La presentación pública del llamado Movimiento Cívico Patria y Libertad se realizó el 13 de septiembre en el Teatro Nacional, ante 3.000 asistentes (EM, 14-09-1970, p. 22. EDI, 14-09-1970, p. 1 y 6). En su corta vida de mes y medio, la organización trató de expandirse más allá de la capital santiaguina, realizando actos y organizando núcleos y actividades en diversas localidades a lo largo del país. En este sentido, puede que las actividades más destacadas fueran las desarrolladas en el puerto de Valparaíso y en la zona de la Araucanía. En otros casos, pese a la importancia de ciudades como Concepción y Talcahuano -el segundo eje más habitado y económicamente más importante-, sorprende la ausencia de actividades de esta organización, y ello pese a que El Mercurio de Santiago aseguró que el domingo 4 de octubre el abogado Pablo Rodríguez visitaría la ciudad, en la cual se acababa de constituir un Consejo Ejecutivo de la organización, integrado por María Toledo de Rivas, Juan Roca Calvo, Jorge Godoy Muñoz, Carlos Bugmann Burzio, Liliana Hernández Valdés, Cristina Fuentealba y Andrés Benavente Urbina (EM, 1-10-1970 p. 19; C, 30-09-1970 p. 5). La verdad es que en tal fecha no se realizó ninguna actividad política del MCPL, pese a que la prensa local hablaría en días posteriores de su posible realización, ésta nunca se efectuó (C, 16-10-1970 p. 5; ES, 17 y 19-10-1970, p. 7 y 15, respectivamente). Llama la atención que en la ciudad donde había nacido el MIR, y donde la extrema izquierda tuvo uno de sus principales focos de acción, Patria y Libertad, tanto en su fase inicial, como con posterioridad, convertida ya en Frente Nacionalista, no tuviera una presencia digna de ser destacada, aparte las descalificaciones de movimiento sedicioso y antidemocrático provenientes desde la izquierda (C, 5-10-1970 p. 2).
Quien sí tuvo un papel algo más destacado fue Juan MacDonald, el líder del llamado Movimiento Nacionalista del Trabajo, una pequeña formación local salida de los sectores pratistas del Partido Nacional, y quien vaticinaba que en dos años en el poder el Partido Comunista controlaría completamente el accionar de las fuerzas que componían la Unidad Popular (C , 17-09-1970 p. 3.). Al MNT se le vinculaba con la figura del general Roberto Viaux, de hecho sus integrantes asistieron fervorosamente al mitin que éste había ofrecido en el cine Romano semanas antes (ES, 16-08-1970 p. 11).
Sorprendió en la provincia de Concepción la actitud de Enrique van Rysselberghe; quien, a diferencia de otros dirigentes de la derecha, no dudó en reconocer la victoria del allendismo:
“Es mi esperanza que si dimos un acto eleccionario ejemplar (…) demos ahora también el único y verdadero espaldarazo moral que Chile desesperadamente necesita en esta hora de desorientación en que vivimos. Es evidente que ese espaldarazo no es otro que el reconocimiento sincero del triunfo de Salvador Allende por parte de nosotros los alessandristas (…) Estoy cierto que este señor no es ningún comedor de niños o cosas por el estilo (…) No creo que ahora sea el momento de las lamentaciones de una campaña que no supimos ganar, sino que afrontar con hombría nuestra participación en el trabajo en el futuro de Chile (…) No creo que sea una actitud digna la de aquellos que en este momento tratan de hacerle el quite a este hecho sea mandándose a cambiar o cuestionando un triunfo que a mí me parece legítimo” (ES, 09-09-1970, p. 7).
En cualquier caso, para lograr que se convocara un nuevo proceso electoral era necesario que los representantes en el Congreso Nacional del PDC votaran por Alessandri, y estos lejos de entrar en ese juego se encontraban negociando con los representantes de la Unidad Popular el llamado Estatuto de Garantías Constitucionales, cuya ratificación, el 7 de octubre de 1970, permitió a Salvador Allende acceder a la presidencia de la República. En la Junta Nacional del PDC donde se aprobó respaldar a Allende siempre y cuando este garantizase la continuidad del Estado constitucional imperante, estuvo presente Alfonso Rodríguez, máximo representante del PDC en la zona y el diputado Enrique Palet (C, 07-10-1970 p. 3). Pocos días antes de la elección del Congreso Pleno el presidente Eduardo Frei llegaba a la capital penquista, aunque su presencia en ella fuera por la inauguración de una Planta Termoeléctrica de ENDESA (C, 20-10-1970 p. 16).
Quien también arribó a Concepción fue el candidato más votado, el cual clausuró unas jornadas universitarias que bajo el título Análisis y defensa del Triunfo Popular se habían inaugurado el 23 de septiembre. En su alocución, y en referencia al Estatuto de Garantías que se negociaba con el PDC, Allende afirmó que “jamás entraremos por los caminos que impliquen ceder un milímetro a la programación que presentamos y en los contornos sociales y políticos que tiene la Unidad Popular” (ES, 28-09-1970 p. 18). Por su parte la senadora Maria Elena Carrera (PS), que integraba una mesa redonda sobre “La defensa de la familia en la Unidad Popular”, planteó la posibilidad de que en Chile estallaría una guerra civil si el Congreso Pleno no procedía a elegir a Allende como Presidente de la República (C, 26-09-1970 p. 2); palabras que no contribuían a serenar los caldeados ánimos, más aun cuando los militantes del Movimiento de Izquierda Revolucionaria (MIR), pocos días antes, habían amenazado con un enfrentamiento entre los pobres del campo y la ciudad con los dueños del poder y la riqueza, enfrentamiento que necesariamente debería ser violento. Otro seminario de similares características se realizaría semanas después, el cual sería inaugurado por el profesor de la Escuela de Economía Edmundo Meneses, quien aludió a la concentración de la riqueza y a la dependencia económica del extranjero (C, 06-10-1970, p. 4).
Pocos días antes de la votación por el Congreso Pleno, y en un intento desesperado de evitar la llegada de Allende a la presidencia, un grupo de jóvenes integrantes de la derecha, con la complicidad de sectores castrenses comandados por Roberto Viaux y Camilo Valenzuela, planearon el secuestro del Comandante en Jefe del Ejército, René Schneider, con el fin de provocar la intervención de las Fuerzas Armadas y evitar la sesión del Congreso que aprobaría los resultados de la elección presidencial. El plan no salió según lo previsto y el General Schnider resultó herido de muerte. Entre los integrantes del comando se encontraba Jaime Melgoza Garay, alias Severino, para unos un infiltrado en el comando secuestrador, para otros un vulgar delincuente, pero lo que nos importa en este trabajo es su procedencia, dado que era uno de los tres hijos de un inmigrante español que trabajaba como obrero especializado en las minas de carbón de Lota, aunque hacía años que se había trasladado a la capital santiaguina (C, 26-10-1970, p. 16.).
Ganadores y perdedores en la elección municipal de la Provincia de Concepción
Cinco meses después del inicio del gobierno de la Unidad Popular se celebrarían las elecciones municipales de abril de 1971, las cuales fueron vistas por la oposición como una suerte de consulta plebiscitaria acerca de la gestión gubernamental. Era evidente que dichos comicios no iban a ser unas elecciones en donde las miradas y los proyectos estrictamente comunales iban a dirimirse entre los ciudadanos por su mayor o menor simpatía o amistad con los dirigentes locales. Los partidos de la UP desde un primer momento del inicio de la campaña electoral llamaron a apoyar al gobierno popular (EM, 29-03-1971 p. 32; EDC, 04-04.1971 p. 8). Un apoyo sólido al oficialismo implicaría que éste podría avanzar en la ruta hacia el socialismo; en cambio, un mayor respaldo a los partidos de oposición significaba la continuación de una institucionalidad considerada caduca, según la prensa pro demócrata cristiana (El Sur, 04-04-1971 p. 21; 06-04-1971 p. 3). La oposición de la Democracia Cristiana criticó la gestión económica, señalando la tardanza en el inicio de planes habitacionales y, preguntándose de dónde se obtendría el dinero para que el Estado prosiguiera absorbiendo empresas, muchas de ellas en serias condiciones precarias; a ello se agregaba las aprehensiones a una posible alza inflacionaria, tal y como no se cansaba de advertir Eduardo Frei (P, Nº 20, 1971), p. 7. El Partido Nacional fue más tajante al llamar a votar por los candidatos opuestos al marxismo; el abstenerse era convertirse en un cómplice del marxismo y de un gobierno sectario con los sectores sociales medios (EM, 03-04-1971, p. 15 y 39).
No cabe duda que las elecciones municipales de 1971 las ganó el oficialismo con el 49,73%; la oposición de centro con la DC logró un 26,10%, mientras que en la derecha el PN junto a la DR obtenían un 21,95% de adhesión electoral (EDC, 06-04-1971, p.1).
En la provincia de Concepción, al igual que en la elección presidencial precedente, el triunfo fue para los candidatos del oficialismo. La UP logró un 56,09% de apoyo electoral y 47 regidores de los 82 a elegir en la provincia; de ellos 22 correspondían al PC, 18 al el PS y 7 al PR. En la oposición el centro demócrata cristiano logró obtener 27 ediles; en tanto que la derecha del PN y de la DR debía conformarse con 5 y 3, respectivamente. La oposición en su conjunto lograba un total de 35 regidores; doce menos que las fuerzas que respaldaban el gobierno.
Cuadro 2: Número de regidores electos por Comuna
Fuente: Elaboración propia.
El alcalde de cada municipalidad era elegido por el consejo de regidores. En ese ámbito, la UP logró nominar a 9 alcaldes, en tanto la oposición alcanzó solamente a elegir 5 de ellos. En general, los partidos de la UP acordaron elegir alcalde al edil con más votación dentro del oficialismo. Similar acuerdo se adoptó por parte de las fuerzas opositoras. No obstante, hubo algunas situaciones excepcionales que se apartaron de estos acuerdos, tal y como veremos más adelante.
En la principal comuna de la provincia de Concepción compitieron ocho listas, siendo las más votada la correspondiente al PDC; aunque sería Enrique Van Rysselberghe (PN) quien lograse la más alta votación individual provincial: 13.164 votos, convirtiéndose en el alcalde de la comuna, al obtener el respaldo democratacristiano. En consecuencia, no sorprendió que Van Rysselberghe se impusiera al comunista Julio Campos Toro, que con sus 4.958 votos fue el candidato más votado de las listas gubernamentales. El apoyo de la DC, no obstante, tuvo su precio: un hombre de sus filas ocuparía la alcaldía transcurridos dos años; dicha nominación recaería en el ex-intendente Alfonso Urrejola Arrau, que con sus 5.877 era la segunda mayoría. De esta forma, a mediados de mayo asumiría la alcaldía el penquista Enrique Van Rysselberghe, apodado “el realizador”, que había sido concejal independiente de Concepción en el periodo anterior (EDC, 17-05-1971, p. 9). Éste, ya pensaba en presentarse como candidato a diputado en 1973, a pedido de sus simpatizantes, según declaraba; en tanto Urrejola indicaba que el acuerdo entre la DC y el PN para compartir los cuatro años de la alcaldía era un pacto “administrativo”, no de naturaleza política, considerando las diferencias existentes entre sus partidos y el hecho de que la ciudadanía había dado “la primera mayoría a los partidos de oposición” (ES, 13-05-1971, p. 1 y 12).
El gran derrotado en la elección municipal de Concepción fue Sergio Valderrama, integrante del PR, que no lograba reelegirse como concejal. Las razones radicaron -según manifestaba- en el descenso de apoyo popular de la ciudadanía hacia los radicales, producto de la percepción de la poca claridad de pensamiento y objetivos perseguidos por su partido. Otra razón importante que explicaba la derrota fue la excesiva confianza en su candidatura, la cual se estimaba un triunfo seguro; ello hizo que muchos de sus simpatizantes se confiasen y no trabajasen con un mayor ahínco en difundir su candidatura. Además, Valderrama lamentaba que con su derrota llegaran a manejar la alcaldía de Concepción sectores que “en nada”. beneficiaban a la ciudad (ES, 06-04-1971, p. 7). Otro factor puede achacarse a la división del radicalismo, al separarse del tronco la Democracia Radical.
Cabría señalar que ninguna de las nueve mujeres candidatas a regidor en dicha localidad logró ser electa. Algunas de ellas expresaron su opinión al respecto: Lizete Linazasoro (PN) opinó que era una “lástima” el hecho de que ninguna mujer llegara al municipio penquista; María Molina (DR) lo atribuyó a que las mujeres no respaldaron con sus votos a las candidatas femeninas. Por su parte Carmen del Río (DC), regidora saliente y esposa del edil electo Urrejola, en tono insospechado, opinó que los hombres estaban bien capacitados “para cumplir con esas funciones y las mujeres podemos seguir trabajando en otros campos. Ahora le tocó a los hombres (…)” (ES, 08-04-1971 p. 7).
De las otras tres comunas del Departamento de Concepción (Florida, Hualqui y Penco), no hubo dificultades en las dos primeras para elegir su alcalde. En Florida fue elegido el democratacristiano Claudio Saldaña Ríos; en Hualqui, en cambio, fue elegido alcalde sin grandes dificultades el socialista José Quevedo Castillo (ES, 05-04-1971 p. 4; EDC, 15-05-1971, p. 3).
A diferencia de los casos anteriores, en Penco la elección del alcalde fue algo más conflictiva, al punto que perturbó la elección de alcalde en otras comunas como la de Talcahuano. En Penco la UP eligió como ediles al socialista José Meza y a los comunistas Bernardino Díaz Alvarado, el alcalde saliente, lo que tal vez le favoreció para alcanzar la primera mayoría, y Oscar Ramírez Toro. Por su parte, la oposición DC solo lograba la elección de dos ediles democristianos. En consecuencia, en virtud del pacto de la UP, todo hacía suponer que Díaz sería nominado alcalde; pero sorpresivamente Meza se puso de acuerdo con los regidores del PDC, resultando electo como la máxima autoridad local el 16 de mayo (ES, 17-05-1971 p. 7). La ruptura del pacto de la UP para elegir alcaldes por parte de Meza significó el día de la votación en el consejo municipal una auténtica algarabía. Proclamado Meza alcalde, empezaron los gritos de los simpatizantes y militantes comunistas; y cuando el nuevo alcalde ocupó el sillón consistorial el alboroto fue a mayores. La prensa escribía: “(…) empezaron los pugilatos. Mujeres, jóvenes, familiares y partidarios de los ediles se trenzaron en garabatos y bofetadas”. Y se oyeron voces que le acusaban de traidor: “¿cuántos millones te pagaron? ¿Dónde dejaste el pacto de la Unidad Popular? ¡Chueco! ¡Vendido!”. No contentos con ello empezaron a volar diversos objetos contundentes sobre la cabeza del recién elegido jefe comunal (ES, 17-05-1971, p. 7). La fuerza pública debió intervenir para evitar males mayores. Las consecuencias políticas de esta elección fueron inmediatas. Meza fue expulsado del PS “por traición”; y si bien estuvo dispuesto a renunciar a la alcaldía por no haber honrado los acuerdos entre los partidos de la UP para elegir alcalde, optó por no hacerlo ante el apoyo que le dieron -según llegó a afirmar- diversos sectores poblacionales de la localidad (ES, 31-05-1971, p.9).
En el vecino puerto de Talcahuano, Leocán Portus Govinden (DC) -su alcalde y candidato a la reelección- obtuvo una abrumadora mayoría comunal al obtener 9.510 votos preferenciales; junto a él el PDC también lograba la elección de otros 2 concejales. El PDC en su conjunto alcanzaba el 36,2% de la votación, con 14.174 sufragios; 2907 más que el PS, que lograba igual número de regidores. Por su parte los partidos de la UP alcanzaban a ocupar 4 concejalías (3 el PS y 1 el PC); siendo éstos mayoría en el nuevo consejo comunal todo hacía suponer que Portus, un pescador artesanal, dejaría, tras ocho años de gestión, su puesto como alcalde (EDC, 05-04-1971, p. 9; 06-04-1971, p. 9 – 10; y, ES, 08-04-1971, p. 9).
En la sesión destinada a elegir a éste transcurría con normalidad hasta que el edil comunista, Gonzalo Rivera, se dio por enterado de lo acontecido en Penco. En vista de ello y a la espera de los acontecimientos, Rivera de abstuvo de votar, dejando empatados a tres votos a los socialistas con los demócrata-cristianos, resultando imposibilitada la elección del socialista Carrasco. Entretanto, las directivas nacionales del PS y del PC habían acordado “postergar” la constitución del municipio de Talcahuano hasta que se resolviera la situación de Penco (ES, 17-05-1971, p. 7).
Para los comunistas la situación en dicha localidad se resolvería con la renuncia de Meza a la alcaldía, lo que no acontecería. Por otra parte, los dirigentes regionales del PC pidieron a los socialistas una compensación por lo ocurrido, para lo cual solicitaron compartir el periodo de la alcaldía en Talcahuano; cuestión que fue rechazada. De manera que se prosiguió postergando la elección del alcalde del puerto; de hecho no hubo quórum para la segunda reunión del consejo consistorial. Los demócrata-cristianos a su vez señalaron que no les correspondía ser guardianes de la unidad de la UP, razón por la cual anunciaron que iban a rechazar la renuncia de Meza a la alcaldía de Penco cuantas veces fuese necesario (ES, 18-05-1971, p. 1 y 13).
En una borrascosa tercera reunión, celebrada el martes 18 de mayo, y ante la ausencia del edil comunista, se saldó con un nuevo empate técnico a tres votos entre Portus y Carrasco. Terminada la sesión comenzaron los incidentes entre unos y otros: gritos, garabatos e intercambio de golpes; finalizando tras la intervención de Oscar Neira, un militante del PDC y ex -gobernador departamental de Talcahuano, quien contó, para enfriar los ánimos, de la ayuda de los ediles socialistas Grumpeter y Sandoval (ES, 19-05-1971, p. 1 y 13).
El miércoles 19, reunidos nuevamente los regidores para tratar de elegir definitivamente a la primera autoridad, esta vez con la presencia de todos los integrantes del consejo municipal, se eligió al socialista Carrasco por cuatro votos a tres. Llegaba así a la alcaldía un obrero de los Astilleros y Maestranzas de la Armada (ASMAR) (ES, 20-05-1971, p. 10; EDC, 15-05-1971 p. 14). Terminada la sesión la edil Grumpeter comentó finalmente que las “desavenencias momentáneas” en la UP tenían que desaparecer porque primero estaba el interés de Talcahuano y el del país (ES, 20-05-1971 p. 10).
En las tres comunas del Departamento de Coronel, esto es Coronel, Lota y Santa Juana, el triunfo de los partidos de la UP fue claro. Ello permitió la nominación de alcaldes comunistas tanto en Coronel y Lota como, incluso en Santa Juana (de fuerte impronta agraria y forestal como ya se ha apuntado). En Coronel se impuso fácilmente Norma Hidalgo, única mujer elegida como regidora en la provincia como tal por las listas presentadas por los partidos que integraban a la UP; pese a no obtener la más alta votación sucedía como alcaldesa a su compañero de lista Leonardo Carrasco, quien no solo fue el candidato más votado al interior de la candidatura presentada por el PC, sino que además venía desempeñándose como la máxima autoridad local en el periodo 1967-1971. En Santa Juana el alcalde elegido fue José Villa. En Lota tampoco hubo gran dificultad para nombrar alcalde a Danilo González; pero ello ocurrió en una segunda sesión, considerando que en la primera reunión convocada para conformar la nueva municipalidad, no hubo quórum por las ausencias de los regidores socialistas y comunistas, precisamente por los hechos ocurridos en Penco, y ello pese a que el PC no necesitaba el respaldo socialista, dado que sus 3 ediles eran más que suficientes (EDC, 17-05-1971, p.9; 19-05-1971, p.1; y 15-05-1971, p. 3; ES, 15-05-1971, p.10).
En el Departamento de Tomé, en la ciudad cabecera de la circunscripción no hubo dificultad para la nominación del socialista Luis Cisterna como alcalde. El gran derrotado en fue el PADENA, el cual no conseguía la elección de ninguno de sus cinco candidatos presentados, incluido Luzberto Pantoja, el alcalde saliente y ex – diputado. La razón de este revés fue la emigración de la militancia del PADENA hacia otros partidos, aunque la prensa mencionaba expresamente a la Social Democracia, entidad que tampoco tuvo un mayor éxito (ES, 06-04-1971, p 9; 10-04-1971, p. 10; 16-05-1971, p. 10). En las otras dos comunas del Departamento, que tenían mayor impronta agraria y rural, el resultado fue diverso. En Coelemu fue nominado alcalde el comunista Luis Acevedo, mientras que en Ránquil la alcaldía recayó en el demócrata-cristiano José Jara, quien tuvo el respaldo de los cuatros ediles de la oposición, incluido uno perteneciente a la Democracia Radical.
En cuanto al Departamento de Yumbel, cuyas comunas de Yumbel, Cabrero y San Rosendo se caracterizaban por su vinculación a la ruralidad y la actividad agropecuaria, finalizó con dos alcaldes de la oposición y uno solo de la UP. En Yumbel el demócrata-cristiano Emilio Inostroza tuvo la primera opción de ser nominado alcalde. En Cabrero la DC ganó la elección en forma clara al obtener cuatro regidores siendo reelegido, sin mayor discusión, Hosaín Sabag. La UP solo lograba imponerse en San Rosendo, en donde el PR veía como Luis Pérez era elegido como su único alcalde en la provincia (EDC, 06-05-1971 p. 14; ES, 10-05-1971, p. 10).
Cuadro 3: Regidores con primera mayoría
Fuente: Elaboración propia.
Las elecciones de 1973, el epilogo de una ilusión
La elección parlamentaria de 1973 fue vista por el oficialismo y por la oposición como una prueba de fuerza política fundamental para sus respectivos intereses y propuestas políticas en el país. Preocupados por sacar el mayor provecho de su base electoral para aumentar el número de sus parlamentarios, en la UP se comenzó a pensar en inscribir un nuevo partido con el nombre de Unidad Popular, considerando presentar bajo esa denominación a todos los candidatos del oficialismo. Después de las elecciones municipales de 1971 los partidos opositores tuvieron claro que, de materializarse el nuevo partido de la Unidad Popular y, presentarse ellos separadamente a dichas elecciones, la coalición izquierdista podría obtener una considerable ventaja. De forma tal que no sorprendió cuando el PN, en su consejo general de marzo de 1972, decidió tratar con otros partidos opositores una mejor integración para defender una democracia que se veía amenazada por la gestión “desastrosa” del gobierno y sus “propósitos totalitarios” (EM, 06-03-1972, p. 23).
En estas circunstancias, los senadores Francisco Bulnes (PN), Luis F. Luengo (SD), Jorge Montes (PC), Ignacio Palma (DC) y Adonis Sepúlveda (PS), presentaron un proyecto de reforma a la Ley N° 14.852 de elecciones que permitiera la formación de coaliciones electorales. Paralelamente, el abogado Carlos Cruz-Coke (PN), consultaba al Tribunal Calificador de Elecciones acerca de la facultad de los partidos para federarse. También hicieron consultas en torno a este tema, Jorge Rogers Sotomayor y Jaime Concha Barañao, este último diputado de la IC (EM, 06-03-1972, p. 23). Montescos y Capuletos estaban ciertamente preocupados por ganar la próxima pulsación política electoral.
El 6 de junio de 1972, el mencionado Tribunal dictaminó que la ley electoral chilena permitía la formación de partidos federados, siempre que en los estatutos de los partidos integrantes estuviese permitida esa modalidad. En consecuencia, casi todos los partidos modificaron sus estatutos en tal sentido; solo la pequeña USOPO se mantuvo al margen de esta operación (Diaz Nieva, 2013, p. 314).
Los partidos mayores de la oposición (DC, PN, DR, PIR y PADENA) confluyeron, el 6 de julio de 1972, en lo que dio a llamar la Confederación de la Democracia (CODE); con su unión buscaban rentabilizar la votación obtenida en los comicios de marzo (Correa et al., 2008, p 271; Fortunatti, 2001, p. 19 – 20; ES, 07-07-1972, p. 14; y, 09-07-1972, p. 5). La Unidad Popular, por su parte, trataba de aprovechar al máximo el apoyo, cercano al 50%, que había cosechado en las elecciones municipales de 1971.
La elección fue encarada con pasión por el gobierno y la oposición. La UP llamaba a continuar apoyando las realizaciones del presidente Allende y a proseguir las transformaciones revolucionarias camino al socialismo que implicaban un aumento de la intervención del Estado en la economía. La CODE -además- era vista por Corvalán como un conglomerado dividido por la presunta pretensión demócrata cristiana de llevar a Eduardo Frei como candidato presidencial en 1976 en desmedro del nacional Jarpa, lo cual tendría a ambos partidos “agarrados (…) de las mechas” (EDC, 18-02-1973, p. 9; y, 19-02-1973, p. 7). La CODE por su parte, llamaba a defender la democracia y el estado de derecho, vulnerado por expropiaciones y ocupaciones en el agro, la industria y el comercio. Además, la oposición -particularmente el PN- llamaba a la ciudadanía a darle una votación que le permitiera controlar los dos tercios del Senado para poder destituir constitucionalmente al presidente de la república y finalizar la crisis de gobernabilidad y convivencia democrática que se encontraba, a su parecer, el país. Pese a todo, el presidente del PN llegó a declarar que aun cuando no se consiguieran esos dos tercios la oposición se las arreglaría para cambiar al gobierno (CHH, 09-02-1973, p. 3; EDC, 14-02-1973, p. 3; ES, 15-02-1973, p 14).
Hubo animosidad en las dos principales fuerzas políticas en pugna, lo cual dio una desmedida descalificación del contrario. La violencia verbal de la campaña dio paso a la violencia física; violencia que, a medida que avanzaba el proceso electoral, se hizo cada día más generalizada. Prueba de ello son los detenidos y partes policiales emitidos entre el 6 de enero y el 31 del mismo mes: Por realizar propaganda no autorizada: 449 de la CODE y 241 de la UP. Por porte ilegal de armas de fuego: 6 de la UP y 9 de la CODE. Por atentados de distinta consideración: 12 de la UP y 18 de la CODE. Otras tres personas (una del PC, una del PN y una del Frente Nacionalista Patria y Libertad) fueron detenidas por su implicación en la muerte de otras tres personas. Heridos graves: 2 del PN, 2 del PR y 1 del PS. Heridos de distinta consideración: 9 de la UP, 32 de la CODE, 4 sin filiación (Prats, 1985, p.359 – 360; EDC, 03-02-1973, p. 9. Ercilla, 13-02-1973, p. 12). Sin perjuicio de lo anterior, la prensa de Concepción informó de al menos cuatro incidentes violentos que dejaron ocho heridos de diversa consideración (siete DC y un PS). Cabría destacar el atentado, ocurrido el 15 de febrero, contra Arturo Frei Bolívar (DC), el cual resultó gravemente herido en la cabeza por una pedrada, aunque desde el PDC se hablaba de una herida de bala; hecho ocurrido al salir el candidato de una proclamación en Chiguayante (ES, 16-02-1973, p. 1; y, 17-02-1972, p. 1 y 16; EDC, 17-02-1973, p. 1; y, 18-02-1972, p.1). El 2 de marzo, dos días antes de las elecciones parlamenta¬rias integrantes del FNPL, según se informaba, agredieron a la candidata a diputado del MAPU por Rancagua, Gladys Goede, cuando viajaba a la ciudad de San Vicente (C, 02-03-1973, p. 1, 2 y 24). Hubo una “extrema polarización de la sociedad” (Pacheco, 2012, p. 146 – 147).
Una de las pocas cosas en que estuvieron de acuerdo gobierno y oposición en Concepción, fue en el cierre de la publicidad callejera, a las 12 horas del 21 de febrero; para poner término al enfrentamiento entre militantes de distintos partidos políticos (EDC, 21-02-1973, p.1).
Y llegó el día de la elección… Una jornada tranquila como en el resto del país.
Cuadro 4: Resultados de la elección parlamentaria en marzo de 1973
Fuente: Elaboración propia
La Unidad Popular logró elegir cinco diputados: Fernando Agurto Ramírez, Iván Quintana Miranda, Oscar González Robles, Manuel Rodríguez Rodríguez y Oscar Garretón Purcell. Agurto Ramírez, era un veterano militante comunista desde 1942, siendo electo regidor de Talcahuano en 1941 y 1944, 1963 y 1965. Durante su segundo período como tal se vería afectado por la Ley de Defensa de la Democracia. Durante su último periodo como regidor fue elegido diputado por Concepción. Según su propaganda, de la CODE no cabía esperar nada, por ello los trabajadores y la juventud debían comprometerse “con su patria y la revolución” (EDC, 03-02-1973, p. 4; 24-02-1973, p. 7 y 16; y, 25-02-1973, p.15). Junto a éste, el PC también veía elegir a Quintana Miranda, quien había sido electo por su ciudad natal de Tomé como regidor en las pasadas elecciones municipales. En su campaña llamó a las mujeres trabajadoras para luchar en contra del mercado negro, responsabilidad de la derecha; y señaló que sin el PN el país no habría sufrido la muerte del general Schneider en 1970 ni habría riesgo de enfrentamiento entre los chilenos. Por otra parte, las candidaturas comunistas habían contado con el apoyo de la reina de belleza de la Feria del Bío - Bío de ese año, Berdardette Molina (EDC, 16-02-1973, p. 4 y 7; 22-02-1973, p. 6; 24-02-1973, p. 7; y, 27-02-1973, p.12). El PS veía como su joven (26 años) crédito Manuel Rodríguez, presidente de la Federación de Estudiantes de la Universidad de Concepción, el mismo que había acompañado el 5 de mayo de ese año a Salvador Allende en su discurso inaugural del año académico, y regidor de Concepción, era elegido como uno de sus diputados. Junto a él se encontraba González Robles que se venía desempeñando como presidente del Sindicato Metalúrgico y secretario del Sindicato de Trabajadores Mineros, además de regidor de Lota.
La publicidad de los socialistas tuvo similitud con la de los comunistas: el llamado a los sectores populares, mujeres y juventud fue a combatir el mercado negro y a “votar por la patria, la revolución y el socialismo” (EDC, 22-02-1973, p. 6 y 13; y, 23-02-1973, p. 9). Garretón, subsecretario de Economía hasta fines del año 1972, fue uno de los dos diputados elegidos del MAPU en aquellas elecciones. En su campaña electoral se mostró solidario con los vietnamitas que, a juicio de la izquierda habían derrotado al imperialismo estadounidense al firmarse la paz de París. Además, denunciaba a los sirvientes chilenos del imperialismo como partidarios de la guerra civil, lo cual había que detener. También era partidario de que el gobierno y el pueblo alcanzaran todo el poder, y en sus propuestas políticas indicaba que todo fundo mayor de 40 hectáreas debía ser expropiado a puertas cerradas, sin considerar tierra de reserva para el anterior propietario. Se daba la circunstancia que este era el único de los diputados electos de la UP que no tenía una relación directa con la zona (C, 27-01-1973 p. 3 y 5; EDC, 03-02-1973, p. 4; 04-02-1973, p. 6; 15-02-1973, p. 11; 16-02-1973, p. 5; 24-02-1973, p. 5; y, 28-02-1973, p. 11).
El PR perdía su presencia parlamentaria en una zona que le era favorable. Su anterior representante Duberildo Jaque Araneda, quien se presentaba por el PIR, dentro de las listas de la CODE, no lograba ser reelegido. Su sustituto, Orlando Cantuarias Zepeda, dentro de las listas de la UP tampoco logró ser elegido. Canturias fue ministro de Allende en Minería (3 de noviembre de 1970 al 28 de enero de 1972) y Vivienda y Urbanismo (28 de enero al 17 de junio de 1972); teniendo a su cargo las gestiones para promulgar la Ley N° 17.450, de Nacionalización del cobre (16 de julio de 1971). Como buen radical destaca su adhesión a la Masonería, siendo integrante de la Logia "Luz de Oriente" Nº 74. Fue el único candidato que en su campaña publicó afiches indicando el respaldo de la USOPO (EDC, 24-02-1973, p 6).
De los demás candidatos de la UP no elegidos: Espinoza (PS), Fuentealba (PC) y Verónica Careaga (IC), destacó la campaña de la única mujer candidata en Concepción. Careaga, al recorrer poblaciones urbanas e industrias, acogió la idea planteada por los obreros de la Compañía de Acero del Pacífico (CAP) de hacer similar los sueldos de los trabajadores y de los dirigentes. Planteó, además, impulsar el nombramiento de interventores de industrias por parte de los trabajadores junto al Estado; y proponía una previsión para la mujer sobre la base del salario del marido trabajador y jubilación para ella a los 25 años de servicio o a los 50 años de edad (EDC, 15-02-1973, p. 13 y 16-02-1973, p.13).
Por su parte la CODE eligió a cuatro diputados de ocho candidatos presentados: Mariano Ruiz-Esquide, Hosaín Sabag, Arturo Frei y Eduardo King. La publicidad llevada a cabo por Ruiz-Esquide fue quizás la más intelectual de los candidatos de la CODE; pues, publicó un ensayo titulado El Socialismo traicionado, en el cual examinaba la falta de congruencia entre el socialismo como doctrina e ideario que buscaba una sociedad sin explotadores ni explotados, por una parte; y, el experimento del gobierno de la UP por la otra. A juicio del candidato, en el oficialismo había elementos estalinistas cuyos dirigentes no se sentían obligados a respetar el sistema democrático que les había permitido llegar al poder público. Aseguraba que la UP se caracterizaba por ser un gobierno minoritario que marchaba hacia la imposición de un poder absoluto en todos los niveles sociales; frente a lo cual, la DC debía defender el sistema democrático (ES, 15-02-1973, p. 7). Asimismo, durante su campaña denunció que personas de izquierda habían comprado a precios bajos parte importante de las acciones de la Sociedad Periodística del Sur, la cual no había podido mantenerse a flote por sus antiguos dueños, a la sazón simpatizantes de la DC, partido que además no estuvo dispuesta a adquirir dicha propiedad. Esto último fue una aclaración hecha por El Diario Color al candidato DC, enrostrándole de paso que había desplazado con medios “torcidos” las posibilidades de Leocán Portus en Talcahuano para integrar la lista de candidatos (EDC, 04-02-1973, p. 4). Por otra parte, el mismo diario citó a Ruiz-Esquide cuando señaló que el PN jugaba al desgaste y/o derrocamiento del gobierno a través de las Fuerzas Armadas o el enfrentamiento promovido por la ultraderecha del FNPL (EDC, 22-02-1973, p.7). Sabag realizó una campaña de reuniones públicas y conversaciones con vecinos en diversos pueblos y ciudades de la circunscripción el as que no solo atacaba a los integrantes de la UP, sino que además trataba de desprestigiar a sus compañeros de lista del PN, dejaba entrever, según algunas versiones orales, que uno de sus candidatos mantendría una aventura extra matrimonial, tal vez con el propósito de atraerse el voto más católico. El tercer elegido de la CODE en Concepción fue Frei Bolívar, sobrino del presidente Eduardo Frei. De importante apoyo popular porque acostumbraba escuchar los problemas de los campesinos y de los pobladores urbanos con quienes charlaba largamente durante su campaña en su recorrido por la circunscripción.
La agresión sufrida en Chiguayante dio lugar, esta vez en Concepción, a una seria gresca entre sus parciales y elementos socialistas, cuando el afectado era atendido en el Hospital Clínico Regional, como resultado de la misma un militante socialista resultó, esta vez sí, herido por el disparo de un arma de fuego (ES, 17-02-1972, p. 1 y 16). En cuanto a King, el único elegido por el PN en la lista de la CODE, había desarrollado una campaña dirigiéndose especialmente a las mujeres y a la juventud (C, 02-03-1973, p. 12 – 13). Con un mensaje rotundo y claro, colocó en la prensa inserciones donde calificó al gobierno de abusivo por intentar controlar el abastecimiento de mercancías mediante “tarjetas de racionamiento” para las familias de consumidores, con la ayuda de las Juntas de Abastecimientos y Precios (JAP); indicó también que nadie terminaría con el “gobierno de las colas” mediante una revuelta sino “por la vía de la democracia”>, cuya oportunidad eran las elecciones de marzo. Finalmente, notificaba a quienes votaran “por los marxistas o sus serviles” que serían “considerados cómplices del comunismo y de la ruina que pueda caer sobre Chile” (C, 12-01-1973, p. 3). King también competía con Van Rysselberghe por la misma votación. La disputa que tuvieron fue bajo la tesis de que King - presidente del PN en Concepción – usaba el cargo para atraerse a los militantes tras su candidatura, en desmedro de El Realizador; incordio que motivó una intervención de la dirección nacional del partido: Francisco Bulnes vino especialmente a Concepción y zanjó el asunto nombrando al joven abogado Luis Ubilla Grandt como nuevo presidente del PN en esa provincia (Entrevista a Luis Ubilla Grandt, Concepción, 12-01-2015).
La Unión Socialista Popular que concurría en solitario a estas elecciones logró una escasa e insignificante votación. Su caudal electoral simplemente corroboró que se trataba de un partido menor con escasa gravitación en medio de la crisis política del país.
Conclusión
La importancia electoral de la provincia de Concepción se reflejó en la presencia en la zona de los tres candidatos presidenciales realizando trabajos electorales en sus respectivas campañas presidenciales. La obtención de la primera mayoría por Allende llevó al ex – alcalde subrogante de Concepción - Van Rysselberghe - a reconocer el triunfo del político socialista; toda una excepción entre los integrantes del PN, justo en los momentos en que el partido prohijaba la idea de que la elección no estaba finalizada, pudiendo el Congreso Pleno elegir a la segunda mayoría relativa para el cargo presidencial, en un paso pleno de legitimidad constitucional, cuestión que, como se sabe no prosperó. Después de la elección presidencial, los temas abordados por los candidatos del oficialismo y de la oposición en Concepción, replicaron las propuestas de cada sector para la ciudadanía: la profundización de las transformaciones camino al socialismo y, la conservación del estado de derecho existente dentro de la democracia, respectivamente. Predominaron hombres y mujeres de la zona entre las candidaturas de la provincia penquista.
Las elecciones municipales y parlamentarias realizadas en Concepción durante el gobierno de Allende, evidenciaron claramente el apoyo electoral a favor tanto del oficialismo como de la oposición. En las municipales el oficialismo incrementó su apoyo político hasta bordear la mitad del favor electoral, en tanto la oposición de centro demócrata cristiana y de derecha – por separado - lograron un porcentaje de votación menor. Quedaba claro que en los partidos de oposición que, de concurrir solos a la elección parlamentaria próxima, la UP obtendría una ventaja electoral que proseguiría dando sustento al proyecto socialista.
A diferencia de lo anterior, en las elecciones parlamentarias de 1973, gobierno y oposición se presentaron en sendos partidos federados – la UP y la CODE – donde el caudal de apoyo ciudadano fue mayor para la oposición, la cual esta vez se presentó unida. No obstante, la CODE no logró conformar la mayoría necesaria en el Senado para acusar constitucionalmente al presidente Allende y eventualmente destituirlo.
Ambas elecciones en Concepción presentaron distintos niveles de conflictividad. En las municipales, con ocasión de las elecciones de alcaldes por parte de los ediles electos en los nuevos municipios, se trizó la combinación de la UP en Penco al elegirse un alcalde basado en una mayoría socialista – demócrata cristiana. Este hecho hizo que un edil comunista se abstuviera de votar por un colega socialista en Talcahuano, precipitando un empate que impidió en un primer momento la elección de un alcalde socialista. En ambos municipios hubo golpes entre socialistas y comunistas; y entre socialistas y demócrata cristianos, respectivamente.
En las parlamentarias hubo conflictividad violenta antes de la votación. Lo más grave fue el tercer atentado en contra del candidato Frei, de la DC; quien resultó con una herida en la cabeza tras ser proclamado en Chiguayante. En el hospital donde fue a recibir atención médica, en los incidentes entre socialistas y demócrata cristianos, un simpatizante socialista resultó herido a bala.
En la oposición hubo roces entre los candidatos de la CODE. Entre los nacionales, Van Rysselberghe disputaba la misma votación con King, incordio que terminó con el nombramiento de un nuevo presidente provincial del partido. En tanto en la DC, simpatizantes de Sabag visitaban a seguidores de Mosquera para obtener su apoyo.
Referencias
CÁCERES M., J. (2008) Experiencias de historia regional en Chile (Tendencias historiográficas actuales), Valparaíso, Instituto de Historia de la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso, 2008.
CAMPOS H., F. (1985) Concepción en la primera mitad del siglo XX, Santiago, Museo Histórico Nacional.
CARTES M., A. (2014) Biobío Bibliografía histórica regional, Santiago, DIBAM, Universidad de Concepción, Centro de Investigaciones Diego Barros Arana.
CAVIERES F., E (2008) “Historia y región: recorridos temáticos y metodológicos”. En: FERNÁNDEZ, Sandra. “El revés de la trama: contexto y problemas de la historia regional y local” (2008). Versión reducida de parte del texto contenido en el libro coordinado por Susana Bandieri et al. Las Escalas de la Historia comparada, Tomo 2 Empresas y empresarios. La cuestión regional, Buenos Aires, Miño y Dávila editores. http://www.estudioshistoricos.org/edicion_1/sandra-fernandez.pdf
MAZZEI DE GRAZIA, L. (2015) Historia económica regional de Concepción, Ediciones del Archivo Histórico de Concepción.
MELLER, P. y PIÑERA S. (1978) “El problema del empleo en Chile”. En: ZAHLER, Roberto et al. Chile 1940/1975 Treinta y cinco años de discontinuidad económica. Santiago, Instituto Chileno de Estudios Humanísticos, p. 117 – 177.
MOYANO B., C. (2010) El MAPU Durante la Dictadura. Saberes y prácticas políticas para una microhistoria de la renovación socialista en Chile 1973 – 1989. Santiago, Ediciones Universidad Alberto Hurtado, 2010.
MIÑO G., M. (2002) “¿Existe la historia regional?”, Historia Mexicana, vol. LI, núm. 4, abril - junio, p. 867 – 897.
MONSÁLVEZ A., D. (2014) La “zona roja”: Concepción y los significados del golpe de Estado de 1973. Violencia política y control social. Instituto de Historia, Pontificia Universidad Católica de Valparaíso, Tesis doctoral.
PACHECO, A. (2012) Historia de Chiguayante, Volumen II, Editorial Universidad de Concepción.
PRATS G., C. (1985) Memorias: testimonio de un soldado. Santiago, Pehuén.
- Este trabajo se enmarca dentro del proyecto de investigación "La experiencia de la Unidad Popular en Concepción" (O18767) financiado por la Universidad Santo Tomás (Chile).