Introducción
Es complejo referirse a la identidad chilena, por ello es importante señalar los aportes emanados de una encuesta aplicada por la escuela de sociología de la Universidad de Chile, enmarcada en el programa de Naciones Unidad de Desarrollo Humano, 2001, (Mora, 2009) y que forma parte del capítulo tres, Nosotros los Chilenos, el cual señala ciertas dificultades a la hora de definir nuestra identidad y ¿qué es ser chileno?, en las preguntas: ¿Lo chileno está en nuestras costumbres y valores?, un 48% contesta afirmando el enunciado, ¿Hoy en día es difícil decir qué es lo chileno?, responde un 28% y la pregunta: No se pude hablar de los chilenos, todos somos distintos, responde un 30%. A través de este estudio se puede apreciar que a nivel nacional se presenta una problemática en definir lo chileno, lo cual es necesario indagar y aportar para el debate.
Así, la temática identidad, no es un tema reciente, esta discusión se presenta desde mediados de los años ochenta en ambientes académicos, su necesidad, el surgimiento de movimientos sociales, los cuales reemplazan la política de clases, por la política de identidades (Larraín, 2001). Así surge esta necesidad de profundizar en el tema, por lo cual, en el concierto internacional, tanto en Europa Occidental y Oriental el concepto de identidad pasa a ser su clave de análisis, mientras que, en el ámbito latinoamericano, esta temática resulta ser una constante en el pensamiento latinoamericano, materializada en la búsqueda de identidad.
En este escenario, la búsqueda de identidad, su crisis y su pérdida constituye el centro del debate e investigación, el individuo, el grupo y las sociedades tradicionales o industriales aspiran a coincidir nuevamente con su propio ser. El tema de identidad, por tanto, afecta a todas las sociedades y a la mayoría de las disciplinas.
En la evolución del concepto “identidad”, surgen dos tendencias, contextualizadas en la década del cincuenta del siglo XX. Primero se aborda el concepto desde una concepción abstracta de la cultura, como subsistema normativo de la sociedad, la cual concibe la identidad como una serie de rasgos psicológicos comunes, favoreciendo o desfavoreciendo los procesos de modernización. Así la problemática en esta tendencia, era cómo cambiarlos para lograr el tránsito hacia la modernidad. Y la segunda tendencia, releva el enfoque cuantitativo, como validación de la evidencia empírica (Larraín, 2001).
Por su parte, Larraín, sociólogo chileno, exponente importante de investigaciones en esta temática, aporta al debate de la génesis del concepto, en cuanto a distinguir tres tipos de concepciones teóricas:
- Constructivismo: Esta concepción, derivada del postestructuralismo, posesiona como centro del debate y aportes a la identidad, los discursos, que permiten construir la nación, interpelando a los individuos y constituirlos como sujetos nacionales.
- Esencialismo: Desde esta vertiente, la identidad cultural es un hecho acabado, como conjunto establecido de experiencias comunes y de valores fundamentales compartidos, es una inmutable y se construyó en el pasado.
- Histórico-estructural: Esta concepción permite una amalgama de las vertientes extremas anteriores, situando la identidad cultural, como un proceso en permanente construcción y reconstrucción, dentro de contextos y situaciones históricas, relevando las prácticas, significado de la vida cotidiana y los discursos para su construcción y comprensión de ella (Larraín, 2001).
Elementos que constituyen la Identidad
Comprendiendo que la Identidad es una construcción social, se presentan tres elementos esenciales:
- Elemento Cultura: Un individuo se identifica con ciertas cualidades en términos de categorías sociales compartidas. Los individuos se definen así mismo, al formar sus identidades personales, los individuos comparten ciertas lealtades grupales o características tales como religión, género, clase, etnia, profesión, sexualidad, nacionalidad, que son culturalmente determinadas.
- Elemento Material: Incluye el cuerpo y otras posesiones capaces de entregar al sujeto elementos vitales de autoreconocimiento (Larrain, 2001). Por otra parte, Williams, menciona “lo que un hombre llama mí y lo que simplemente llama mío la línea divisoria es difícil de trazar, por tanto, la suma total de todo lo que él puede llamar suyo” (Williams, 1890).
- Elemento Social: La construcción del sí mismo necesariamente supone la existencia de otros, el sujeto se define cómo lo ven los otros (Gerth y Mills, 1964).
Tipología de Identidades
Otro aspecto interesante a incorporar a la discusión y profundización respecto a la “Identidad”, es la coexistencia, de una identidad individual y colectiva. La primera, es formada por identidades colectivas culturalmente definidas, éstas no pueden existir separadamente de los individuos. Especifican al sujeto y su sentido de identidad de carácter o de estructura psíquica de un individuo. La segunda, surge según Stuart Hall, de las de género, clase, etnia, sexualidad, constituyen a la forma colectiva de identidad, las cuales hacen alusión a características culturalmente definidas que son compartidas por muchos individuos (Stuart, 1990).
Es importante destacar que, en el ámbito de la identidad colectiva, ésta no tiene estructura psíquica de carácter en el sentido de un número definido de rasgos psicológicos, a pesar de aportes previos de autores que señalan características o rasgos psicológicos, como lo fue Hernán Godoy, en su obra “El Carácter Chileno” (Godoy, 1976), destacando la sobriedad, seriedad, prudencia, sentida del humor, gran temor al ridículo, también servilismo y crueldad.
En consecuencia, cuando hablamos de identidad chilena, esta tiene aspectos a considerar como son: La coexistencia de identidades individuales y colectivas, cuyos elementos subyacentes son cultural, material y social. Por tanto, los contextos históricos, inciden en los rasgos identitarios de un pueblo, y a partir de ello, se presenta a continuación los tipos o versiones que presentan teóricos respecto a la identidad chilena.
Versiones de Identidad Chilena
- Versión Militar-Racial: La matriz subyacente en esta versión son los elementos bélicos militares en la identidad chilena. Así, historiadores como Góngora aporta enfatizando con el espíritu guerrero y la vinculación con el Estado, “a partir de las guerras de la independencia, y luego de las sucesivas guerras victoriosas del s. XIX, se ha ido constituyendo un sentimiento y una conciencia propiamente nacionales, la chilenidad (Góngora, 1981).
- La guerra, la cual presenta un rol central en la formación de identidad chilena.
- El ejército, el cual presenta un papel central en la formación identitaria, además de su data de formación institucional, paralelo a la formación nación.
- Existencia de una raza chilena, producto del mestizaje biológico y cultural entre soldados conquistadores y encomenderos y sería depositaria de las virtudes nacionales militares (Polloni, 1972).
- Versión Religiosa-católica: Surge como matriz cultural de los elementos identitarios latinoamericanos, formada en el encuentro/desencuentro entre los valores culturales indígenas y la religión católica traída por los españoles, así se presenta un “sustrato real católico que se constituyó entre el XVI y el XVII (Morandé, 1984). A su vez, Parker, acusa a Morandé por su esencialismo, de postular que la base de la cultura latinoamericana está constituida por un “sustrato católico”, sostiene, “en el núcleo significativo de la cultura popular latinoamericana es posible discernir el dinamismo de la fe cristiana, no en forma exclusiva pero sí en forma decisiva (Parker, 1996).
- Versión Psicosocial: El carácter chileno. Se han presentado diversos estudios en torno a la búsqueda de la caracterización de los rasgos psicosociales del chileno y que propone formar parte del carácter chileno. Entre los cuales destacan, Subercaseaux, quien manifiesta rasgos psicológicos del chileno, “perteneciente al tipo depresivo” (Subercaseaux, 1939 p.70), según los análisis de Larraín (2005), sitúa a los aportes de Hernán Godoy (El carácter chileno); María Elena Montt y Cristian Toloza (Análisis e interpretación psicosocial de los ensayos sobre el carácter chileno), son estudios que sirven de base para la construcción de una versión psicosocial más elaborada de la identidad chilena. Sin embargo, como se ha señalado, la Identidad Chilena no tiene estructura psíquica o de carácter en el sentido de un número definido de rasgos psicológicos compartidos por todos los chilenos.
- Versión Empresarial Postmodernista: En esta versión, el elemento clave son los discursos como elemento identitario manifestado por el empresariado chileno, en cuanto a que Chile es un modelo para otros, especialmente para América Latina. “Esta versión de la identidad nacional chilena representa un obstáculo para la integración regional, siendo sólo una versión de identidad, que por más que se haya expandido en la última década no es la identidad chilena, sólo un rasgo que se instala desde el discurso” (Larraín, 2005).
- Chile país exitoso o ganador: Se concibe a Chile como un país emprendedor donde se destacan el empuje, el dinamismo, el éxito, la ganancia y el consumo como los nuevos valores centrales de la sociedad chilena. Es un Chile que conquista mercados en el mundo y que invierte exitosamente en los países vecinos. Es un Chile que aventaja a sus vecinos. Así como se hablaba de los cuatro tigres asiáticos,
- Chile país diferente: La idea central es que Chile es un país distinto al resto de América Latina, un país de rasgos europeos, done las cosas se hacen bien, seriamente. Se contrasta esto con las dificultades de los vecinos que se atribuyen al desorden político y las malas políticas económicas. La decisión de exhibir un iceberg en la exposición mundial de Sevilla en 1992 simbolizaba país cool, exento de todo tropicalismo.
- Chile país desarrollado: El discurso empresarial sobre la identidad chilena, desde la década de los años noventa se proyectó una imagen que Chile ha dejado de pertenecer al tercer mundo, así por ejemplo lo evidencia Arnold Harbenger de la Universidad de Chicago, formador de varias generaciones de economistas Chilenos, (Chicago Boys), declara que desde fines de los ochenta una de las aspiraciones más sentidas del mundo intelectual y político chileno es llegar a pertenecer a la comunidad de los países desarrollados, algo que muchos creen que está a la mano, así Harbenger sostiene que Chile es el país latinoamericano mejor encaminado en el sendero del desarrollo (La Tercera, 02/07/2001).
- Versión de la Cultura Popular: La cultura popular corresponde al punto central característico de la identidad chilena. En esta versión se presentan los aportes de historiadores, quienes contribuyen con la visión de la cultura popular en la construcción histórica de Chile, como, por ejemplo: Salazar, Salinas, Pinto:
“aunque los sujetos marginales populares no tienen ningún discurso público conocido o propuesta política específica, su conducta social tiene el rango de proyecto histórico, por su constancia en el tiempo, por su consistencia fogueada en el trabajo y por su definición transgresora, el roto alzado llegó a ser el personaje típico del país, actor místico de sus leyendas” (Salazar y Pinto, 1999 p. 147).
A partir de esta versión se destaca tres elementos claves que permiten conformar la identidad chilena:
Otro aporte a esta versión de identidad Chile, lo otorga Ricardo Krebs, señalando que “la guerra ha constituido un fenómeno fundamental en la historia nacional y hay amplio consenso entre los historiadores de que ella ha marcado profundamente al ser nacional” (Krebs, 1985 p. 54).
Por tanto, la versión empresarial ha sido exitosa en Chile, pero dista de ser la única y universalmente aceptada, en ella se manifiestan tres elementos característicos:
Así, Salazar ha planteado la existencia de una cultura popular independiente y opuesta a la cultura oligárquica de la elite, valoriza la cultura popular por su capacidad creadora, en desmedro de la oligarquía por su desarraigo y su carácter imitativo. El mayor logro de la cultura popular ha sido mantener la vida aplicando la imaginación y utilizando al máximo los escasos recursos disponibles (Salazar, 1991).
Otras versiones son las que se sitúan en el plano económico:
- Identidad económica de chile: En Latinoamérica, la identidad de los países se ha asociado, tradicionalmente, a los productos primarios como base o matriz económica, sobre todo agrícolas o minerales, división que fue implantada según el modelo de división internacional del trabajo de las grandes potencias europeas finales del siglo XVI y XIX, Ejemplo de ello queda la categorización de que África aportaba con mano de obra esclava, América Latina, materias primas y Europa, la Industria. Así caracterizamos a Venezuela como país petrolero, Bolivia como Gasífero, Ecuador Bananero, Colombia, Cafetero, Paraguay Yerbatero y en el caso de Chile, destacándose con el recurso “cobre” y hace una década con el vino, aumentando las exportaciones industriales, y en el crisol mundial reconociéndonos como un país vitivinícola y productor de vinos (Lacoste, 2005). Así se evidencia porque internacionalmente, las exportaciones chilenas de vino han cuadruplicado las exportaciones del país vecino, Argentina, cuya industria vitivinícola duplica a la chilena, sin embargo, Chile se ha consolidado como el quinto exportador mundial de vinos, luego de Francia, España, Italia y Austria.
- Otro aspecto a considerar es cómo los periódicos o en general los medios de comunicación influyen en la construcción de la identidad chilena, mediante los discursos, puesto que “los medios de comunicación no entregan información de manera inocente, por el contrario, quienes los dirigen saben que poseen una plataforma que permite transmitir ideologías, pensamientos, opiniones y puntos de vista a través de los hechos noticiosos seleccionados” (Browne, Inzunza y Hernández, 2013).
Todas estas versiones aportan al debate para señalar ¿quiénes somos los chilenos?, por tanto, no existe una única identidad sino diversas que están presentes coexisten y no son excluyentes.
Conclusiones
Como objetivo de esta investigación se propuso aportar al debate con ideas acerca de la Identidad Chilena, para ello se identificó como objeto de estudio los distintos elementos subyacentes que dan conformación a la identidad. Por tanto, se releva que hablar de identidad desde una primera perspectiva nos situamos en un postura histórico-estructural, la cual enfatiza en ser un proceso en construcción y reconstrucción.
Investigaciones previas destacan y posesionan como elemento importante de identidad los rasgos psicológicos, sin embargo, éstos no son generalizables ni compartidos por todo un colectivo, constituyendo, así como una versión de identidad.
Así también, desde las esferas intelectuales se destacan categorías de análisis tanto modernistas como postmodernistas, relevando los discursos de las elites políticas y empresariales en que sitúan a Chile como nación ejemplar en el concierto latinoamericano, como ejemplo de progreso y desarrollo, aunque en su interior no sea homogénea esta realidad.
Por otra parte, también es importante la identidad colectiva, siendo el eje vertebral de lo colectivo el compartir elementos culturales y de sentido, ejemplo de ello, es la identidad popular, el contexto campesino comparte historias, actividades cotidianas y económicas propia de ese lugar geográfico, de un contexto, cuyas costumbres otorgan un sentido identitario.
Por ello se concluye, que las distintas versiones de identidad han estado presentes en el devenir histórico nacional, coexisten y no son excluyentes, una de otras, ejemplo de ello fue el naciente estado-nación, en que privilegió la versión militar-racial y también la religiosa-católica.
También las tendencias historiográficas propician la instalación, en sus discursos, de tipos de versiones de identidad y en los diversos contextos socioculturales se observa presencia de ellas.
Y por último considerar que las transformaciones propias de la sociedad, que en su conjunto generará otras versiones de identidad, ejemplo Identidad Diversidad Cultural, involucrando en este ámbito, la diversidad género, cultural, finalmente la identidad se forma según la relación del hombre con su entorno y en conjunto con características compartidas en una nación.
Referencias
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